Tuesday, April 04, 2006

Recién salido de la tortillería.




Sorprendentemente, este post no está dedicado al director Eli Roth como los dos anteriores y, curiosamente, no tendrá un tono amargo, bañado con inconformidad y odio, sino que predominarán comentarios muy dulces sobre un evento que presencié el jueves pasado, en un lugar llamado el ángel-antes conocido como el Diablo- en Coyoacán.
Todo empezó así…
El jueves fui invitada a la presentación del libro de una señorita-bastante talentosa- que escribe poesía. Éste sería el primer libro publicado por la poetisa y yo, como escritora que soy (jajajaj), sentí una gran emoción y un enorme deseo por ser parte de ese evento. En realidad, no sabía que esperar pues a la poetisa ya la conocía y me cae re bien pero desconocía su poesía.
La poesía, para muchos, es un arte que llena la vida con metáforas hermosas pero, para otros, es simplemente el uso de lenguaje rebuscado con comparaciones idiotas sin significado alguno. Yo, no entro en ninguna de las anteriores. Me parece chida la poesía mas, no puedo decir, que soy fan y que conozco de poesía. Es más, si hicieran un reality llamado “poetizando por un sueño” yo no podría ser parte del jurado. Para ser el Roberto Mitzuko de la poesía me falta bastante conocimiento pero, como si tengo la suficiente inteligencia (jajajaja) para decidir si algo me gusta o me caga la madre, creo que puedo dar mi humilde opinión llena de subjetividad, claro está, sobre la poetisa, la presentación de su libro y, de hecho, del mismo libro.
Como dije antes, no sabía que esperar. Cada quien presenta su libro a su manera o como las editoriales, normalmente, lo piden. Cada una tiene sus códigos y reglas, supongo. En fin, fui y cuando llegué al lugar me percaté de que la onda iba a ser algo bohemia.

El lugar.

A un par de cuadras del centro de Coyoacán, yace un pequeño lugar donde las chelas son de a 2 x 1 y cuestan 30 pesos. La música rocker tranquila y ambiente valemadrista respetuoso. Si no entienden lo que quiero decir con esto, es de los lugares donde la gente va, convive con su grupo y los demás les valen madres pero los respetan. Si con esto no entienden, están jodidos.
El lugar es bastante pequeño. Cuenta con una barra, 5 o 6 mesitas en la planta baja y unas cuantas más en el tapanco o segundo piso, si así le quieren llamar pero me parece que es más un tapanco que otro piso.
El lugar se llama el ángel y al parecer ha formado parte de la vida nocturna coyoacanense por varios años, solamente que antes llevaba el nombre de Diablo “ay ñañita”.

Mi hora de llegada al ángel…

Llegué como a las 8.00 p.m, me parece.

La llegada de la poetisa al lugar:

No sé, pero ya ibamos en la segunda ronda de chelas cuando se apareció.

La presentación:
Después de un rato de convivencia, un poeta, la poetisa y la prima cantadora de ésta, se treparon a la barra e iniciaron la presentación. Vuelvo a lo mismo, no sabía qué esperar. Es muy difícil saberlo, es como ir a una fiesta de cumpleaños ¿Me voy a divertir? ¿Me va a gustar? ¿El pastel va a estar bueno? ¿La piñata traerá dulces o fruta? Si le pusieron fruta qué poca madre ¡Pinches jefes marros!
En fin, la presentación inició.

Lo más sorprendente de esta presentación, es que nunca había visto una igual. Traían una onda coordinada y original. Se notaba que la poetisa le metió mucha enjundia al ensayo para dejar a sus invitados con un buen sabor de boca.
El poeta, Rodrigo solís, empezó… su poesía era agradable, fácil de digerir y seguramente, muy criticada por los poetas apretados y cuadrados pero, para nosotros, era un espectáculo muy cagado y chingón. Su poesía estaba compuesta por experiencias de vida. Su manera de enseñarla era un monólogo lleno de actuación, gestos y ademanes que hacían que el público no se quisiera mover de su lugar. La neta ese tipo está cabrón. Me impresionó desde que se trepó y dijo la primera palabra… jajajajja, nada más de acordarme me da risa.
Después de su primera intervención, llegó el turno de la poetisa-Alicia Andares- quien nos deleitaría con una selección de poemas muy chingona. Ella, a diferencia de muchos poetas que nada más se paran y balbucean metáforas y la mamada y media, le metió estilo y folclor a su presentación. Gritaba, maullaba y hacía comentarios graciosos entre poema y poema.

La prima cantadora…

Un extra más a la presentación fue la prima cantadora de la poetisa. El nombre no lo recuerdo pero sí puedo decir, sin temor a equivocarme, que le metió un buen ingrediente al “chou”. Cantaba entre poemas o, incluso, al mismo tiempo. No puedo decir si amé su voz- porque no estoy segura de eso- pero me cayó bien la cantadora folclórica, hasta cantó en francés la señorita.
Todos estos elementos unidos, empezaron a hacer sentido, de una manera tal, que todos los presentes estábamos cautivados.

Alicia Andares y su libro “Aquí tampoco huele a mantequilla” me dejaron un excelente sabor de boca por el hecho de no traicionarse a sí misma. Ella es cómo ella escribe. Si alguien me pidiera que la definiera-y eso que no llevo conociéndola toda mi vida- diría es “Aquí tampoco huele a mantequilla”. Ella es sus poemas y sus poemas son ella y por eso me gustó tanto. El hecho de que un escritor te permita ver su esencia en lo que escribe, me parece una de las cosas más cabronas y chidas que le pueden otorgar al lector. La relación es mucho más íntima, más cercana, más no sé, supongo, enriquecedora.

El clímax de la noche…

Todos idiotizados por un poema que Alicia acababa de leer cuando, el poeta-Rodrigo Solís- dijo “me dolían los huevos”… todo el lugar se cagó de la risa… e inició una nueva anécdota sobre una bicicleta que le provocó ese terrible mal que hace que los hombres se vuelvan locos, se tiren al piso, pataleen y suelten terribles mugidos mentales ante ese dolor “hijo de puta” que una mujer es incapaz de entender.
Su anécdota-que sí fue una experiencia que vivió, fue tan inteligente y graciosa que, todos los que estábamos presentes no dejábamos de carcajearnos.

Mi opinión sobre la presentación…

Bien chida, con subes y bajas muy fregones que jamás permitieron que los invitados bostezaran. Todo estuvo equilibrado, el ambiente bohemio y la poesía callejera hicieron un rato muy agradable y la prima cantadora le dio un toque especial. Hizo que la presentación resaltara aún más.

Mi opinión sobre “Aquí huele a mantequilla”.

Defino su poesía como poesía callejera. Ojo, esto por ningún motivo es degradante, al contrario, es un piropo. Considero que Alicia rompe con la poesía tradicional y la revoluciona para que todos podamos disfrutarla.
Así que más que recomendado “Aquí huele a mantequilla”.

Mi opinión sobre Rodrigo Solís.

A pesar de que él no estaba presentando ningún libro-no era la estrella de la noche-nos deleitó con anécdotas agradables, llenas de humor y actuación. De churro, él llevaba varios ejemplares para vender y obvio me compré el mío.
Conclusión: este compa es más cagado que Polo Polo y es escritor ¿Desde cuándo los escritores son cagados?

Mi opinión sobre la prima cantadora:

Se me hizo que le dio un toque especial a la presentación y que la impregnó de un folclor bastante chido. Su voz, como ya dije, no me parece la más hermosa del mundo pero la prima cantadora sí le sabe a la cantada. Bastante alivianada y sin pena, cantaba sentada sobre la barra mientras veía fijamente al público. Así que la respeto más por eso, porque yo ni a putazos me trepo a una barra a cantar.

El detalle de la noche:

Alicia Andares repartió, a todos sus invitados, pequeñas tarjetitas que invitaban a todos a escribir…

¿Estás desempleado? Sé escritor
o

Todas las cartas de amor son una mentira… Escribe. Publica ¡ándale!

Tal vez puedan pensar que Alicia le está pidiendo peras a las manzanas. No porque no podamos escribir sino porque publicar en este país no es cosa fácil pero, muchachos, no es así.

La tortillería.

La tortillería es una editorial que busca publicar a todos aquellos, que como ellos, buscan la onda underground: escritores bohemios, punks o callejeros. No es una editorial ojete que prefiere publicar libros de superación personal a literatura o poesía. La Tortillería es un medio por el cual, el que quiera puede publicar.
Así que si eres un escritor y no encuentras quién te publique, la tortillería te salva el pellejo.

Interesados métanse a su página: www.tortilleria.vientos.info y dejen la lloradera.

LA TORTILLERÍA… LA EDITORIAL MÁS MACIZA... LA EDITORIAL DE LAS MASAS.


Una vez hecho esto y expresada, por primera vez en este blog, una opinión positiva de algo, me despido.

Ya que no sé dónde puedan comprar estos libros (si alguien los quiere métanse a su página) ahí les dejó esto pa que se echen un taco de ojo de cómo está el asunto.

ATTE. LA URRACA

Cadáver de tortilla mordida en colectivo: ¡Nooombre!
Por: Alicia Andares (Aquí no huele a mantequilla).

Aceptaría que te llamaras Carlos Daniel Alejandro de la Revuelta Silvestre o María Daniela José y los Toros, pero
nunca pensé que un solo nombre pudiera contener tantas
desgracias.
Uno fácil y silvestre se confía de la fachada y ni se toma la molestia de preguntar el nombre de alguien que en apariencia es tan dulce y tan hermosa.
Dolores, cómo no me imaginé que me traerías tantos…
Comenzando por aquel pisotón, en venganza a mi jalón de greñas, pasando por el dolor de mis güevitos por tu costumbre de cautín, y
Así, hasta llegar a las costillas rotas que me dejó tu nuevo ex marido.


Kleto-crónicas bicicleteras.
Por: Rodrigo Solís

Me dolían los güevos espontáneamente.
Así sentado fumándome un cigarro, y de pronto,
Ayayay…
El relámpago pegándole al alfiler caliente
Que me los atraviesa
Un dolor tan contundente que ni chance de gritar,
Tan inmediato,
Que no da tiempo de desmayarse
Cuando ya pasó,
Como mala noticia.

Mis amigas me advirtieron de la existencia
De miles de enfermedades que empiezan con ese síntoma
Todas dolorosas, humillantes.

Me asusté y busqué un güevero. Luego me dijeron,
Se llaman urólogos.
Y encontré uno que atiende muy cerca
del taller de bicicletas así que saqué una cita
y fui a que me la engrasaran.

(a la bici)

es muy sabio el maestro que arregla bicis.
Nomás la vió y me dijo:

Le voy a bajar el asiento
Porque si no te van a doler los güevos.

(y ya no fui al urólogo)

1 Comments:

Blogger lich andares said...

Paola:

No mames. Me encantó tu relato, pero debo decirte que no por las flores (esas se agradecen harto, desde el ego y el corazón --de pollo, ambos--)sino por el estilo, también muy tuyo, sincero, directo. Que es justo como creo que hace falta la escritura ahora. Una amiga, Anabel (pregúntale a Gens, para mayores referencias), tenía la idea, conmigo, de hacer un sitio donde hiciéramos crónicas de eventos así. Justo como hiciste tú. No sé. Hoy me voy a ir a pensar en algo pa' proponerte. De entrada, éntrale a la Tortillería, y hacemos unos libritos para adultos y otros pa' chamacos. Cómo la vbeisból?
Muchos, hartísimos, abrazos y besos
Lich

4:36 PM  

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